domingo, 7 de marzo de 2010

Entrega de reconocimientos


Tengo el honor de contar con la amistad de una mujer que ha sido reconocida por su trabajo en su propia tierra, y además, de contar con su amistad. Un abrazo y felicitación cariñosa para mi querida Carmen Amato, ángel y poeta. En la foto, tiene la blusa azul.


El pleno del Congreso del Estado aprobó otorgar el Reconocimiento “Chihuahuense Destacada 2010”, en sus distintas áreas, a las siguientes ciudadanas:

• El reconocimiento “Aurora Reyes“, otorgado a la C. Marina Salazar Amaro, por haberse distinguido en las disciplinas artísticas, especialmente como cantante soprano y saxofonista. (residencia Chihuahua, Chih.)

• El reconocimiento “Guadalupe Sánchez de Araiza”, otorgado a la mujer chihuahuense María del Socorro Chacón Chávez, ya que se ha distinguido en el campo de trabajo social y de obras asistenciales. (con residencia Cuauhtémoc, Chih.)

• El reconocimiento “María Esther Orozco Orozco”, será para la C. María Teresa Alarcón Herrera, chihuahuense que se ha destacado en el campo científico. (residencia Chihuahua, Chih.)

• El reconocimiento “María Edmeé Álvarez”, se otorgará a la C. Carmen Amato Tejeda,mujer chihuahuense que ha sobresalido en la literatura. (con residencia Cd. Juárez, Chih.)

• El reconocimiento “Bertha Chiu Núñez”, se entregará a la C. Ruth del Carmen Grajeda González, mujer chihuahuense que cuenta con una trayectoria destacada en la disciplina deportiva. (residencia Chihuahua, Chih.)

Los reconocimientos se entregarán este lunes 08 de marzo en el Recinto Oficial del Poder Legislativo Estatal en punto de las 10:00 horas.
Fecha:2010-03-02

viernes, 26 de febrero de 2010

Monólogo de una mujer madura

por Liz Durand Goytia

I

Será el sereno, pero para mí que sigo teniendo treinta años. Si no me fijo mucho en el espejo -y no me pongo los anteojos- puedo verme de treinta. La vestimenta ayuda pero lo más importante es no dejar que me avasalle la impertinencia de las canas. Caminar ágilmente y seguir usando tacones aunque me estén matando los juanetes. Recordar que se debe sonreir con amplitud para disimular la arruga y causar impresión de dinamismo. Ese es mi reglamento para comenzar el día.
Y en el desayuno no olvidar la avena para bajar el colesterol ni la cucharada de miel “para la lozanía de la piel”.
Muchos de mis días los puedo transitar así, como si no fuera yo cincuentona. Y no es que me pese ni mucho menos me avergüence la edad. Es que para el resto de la humanidad resulté ser un vejestorio desde los treinta y ocho, que fue cuando me quedé sin trabajo. Simplemente, por más experiencia y buena presentación, al llegar a los datos personales y ver mi edad, me salían con que “nosotros la llamamos” y nada. Por eso me dijo Estela que pusiera una edad falsa. “Al cabo te ves más joven”, me dijo. Pero no quise hacer trampa y claro, desde entonces no tengo trabajo fijo.
Pero como quiera tuve que entrar en el juego de las simulaciones para que la gente no sepa mi edad y deje yo de andarme arriesgando a pasar por invisible debido a mis años. Tengo que seguir sintiéndome hermosa y sexy y ágil para seguir siendo yo, por fuera y por dentro. O al menos para recordar cómo era cuando todavía no era una mujer, digamos, “madura”.
Que por cierto no es que pesen, los años, pero qué feo se siente tener la clásica irritación a medio día por la resequedad en los ojos. Y para qué hablar de resequedades más dolorosas... Carmen dice que lo más patético que le ha pasado fue encontrar canas en donde te platiqué. Yo digo que en estos tiempos si quieres te rapas y ni quién sepa, así que para mí no sería “la decadencia” como dice ella en tono tan fatal. Para mí es más incómodo no distinguir los precios de las cosas en el súper cuando no llevo los bifocales que no me acostumbro a usar.
Pero tampoco me doy atole con el dedo y claramente veo que cuando tengo ganas de llorar porque veo en la tele un perro con orejas largas y ojos tristes, es la jugarreta de las hormonas lo que lo provoca. O cuando voy a la compra y me desesespero hasta la rabia porque la cajera trabaja a treinta revoluciones por minuto según yo.
Y si al arreglarme las uñas las encuentro quebradizas y me veo la piel como de iguana, estoy a punto de colocarme con resignación el tan llevado y traído letrerito de menopáusica que me da tanta tirria desde la primera vez que oí la palabrota.
Es que además cómo fastidia que siempre nos anden colgando etiquetas “ama de casa” “madre abnegada” “sex simbol” “femme fatale” etcétera, cuando somos solamente mujeres. Y eso de “solamente” sobra, porque es bastante con ser mujeres. Porque a poco no, todo el mundo sabe que viejas viejas pero seguimos siendo m u l t i f u n c i o n a l e s. Sí, claro, también multiorgásmicas, nomás faltaba que también eso se atrofiara. Lo único malo es que si de por sí es una lenta para arrancar motores, con la menopausia es como si necesitáramos anticongelante.
Total, servimos para todo y para lo que se ofrezca. Hasta para consolarnos solas cuando de veras amanecemos adoloridas sintiendo que no es justo tener la sensación de que somos de treita años pero el cuerpo no se da por enterado y nos tiene tiradas con un cansancio olímpico que nos hace sentir que los hijos o el marido o el jefe o todos juntos son los peores esclavistas que ha conocido la tierra, rufianes egoístas que se sirven de nosotras para tener una vida mucho más plena y maravillosa que la nuestra, sin los escalofriantes cambios hormonales que nos hacen tan temibles.
II

Tengo difícil el día cuando amanezco con problemas para entender al mundo y a mis semejantes, aún los más próximos. Tengo dificultad para saber por qué me siento así, de malas, frustrada, deprimida, triste, con los ojos hechos agua y la garganta de nudo. Tengo dificultad para lavarme el coco diciéndome que son hormonas, que es el cambio, que llegó la feliz etapa de la menopausia, que son normales mis dolores de huesos, que así les punzan las articulaciones a todas las mujeres aunque las veamos sonrientes y luciendo espléndidos maquillajes y sonrisas...
Me cuesta trabajo tener calma cuando las cosas son distintas de como las pienso o simplemente son, aunque no sean diferentes; es arduo y trabajoso encontrar un sitio en el mundo cuando está una cargando un saco de huesos un tanto roídos, un equipaje de dolores y penurias y por más que rasca una el monedero no encuentra esas monedas en las que se grabaron la sonrisas, las frases ahora ausentes de "soy la más feliz", los momentos en que una se sintió tan adorada y a la vez enamorada...
Difícil ver o sentir que tu pareja está tan lejos, tan ajena a todo eso que te pasa, tranquilo mientras en tu cabeza se asientan telarañas o molesto cuando empiezas a tratar de removerlas porque lo involucras en una fantasía llena de recriminaciones y amarguras...
Difícil atinar a deshacer la bola dolorosa entre garganta y pecho, ese trago que se atora y lastima y nunca deja de crecer.
¿Una pastilla? Increíble pero maravilloso. Con eso veré claro, la angustia pasará a ser cosa de risa, mis problemas existenciales serán sólo fantasmas, el mundo volverá a ser colorido, mi marido casi un galán cinematográfico y mi vida color de rosa sin el fastidio del hígado atravesado por los malos humores ni esos aspavientos en el corazón que parecen presagiar el fin del mundo-de mi mundo-.
Voy por ella, por la pastilla que nos hace felices y adorables, que nos hace despertar con la sonrisa previamente marcada, durante el sueño igualmente feliz, sereno, y sobre todo nos hace recuperar la sensación de ser una persona amada con su respectivo y respetable lugar en el mundo, una persona asentada y madura que no causa problemas ni molestias, que vive conforme con su vida y sobre todo, que está convencida de ser feliz. La pareja ideal, sencillamente.






III

Edades

Mirando en el espejo mi reflejo más mudo
contemplo líneas en mi rostro:
tan discretas que yo las ignoraba;
tan marcadas que tú no las olvidas.

En el exilio que me impuso tu mirada
un aire nuevo me renace los ojos
y en otra brisa se mecen mis cabellos.

No son los años lo que cargo a cuestas:
porque los besos dejan rastro,
porque las alegrías marcan los párpados,
porque el amor surca los rostros,
tengo discretas líneas que ignoraba
y que luzco ahora como alhajas
para que nadie ignore que es la vida,
no son los años lo que cargo a cuestas.

viernes, 22 de enero de 2010

Gallinas ciegas

Liz Durand


I
En dónde la canción que nos meciera, madre,
dónde tu pecho hinchado de calostro,
tu amor, tu abrazo ¿dónde?
En la orfandad brilló con trueno
la voz del que despoja.
No pudimos tocarte,
fuiste una estrella al sur siempre perdido
ni pudimos marchar bajo tu sombra
a enfrentar la vida que nos diste.

De la mano de Dios anduvimos el mundo,
y los caminos fueron muros o cadalsos.
Aquella luz al final de los túneles
era tu nombre cruzado de ironía
siempre cubierto con tu desAmparo.
Tú no tuviste la culpa por el fuego
que fatuo sólo nos dejó tinieblas.

Nunca devota, madre, fue tu tierra
que esparció sus semillas en el aire.
¿Por qué la angustia inútil en el sueño
si jamás me pronuncias ni me buscas,
ni revistes mis llagas con tu aliento
ni me guardas altares en tu seno?

Cada paso que dimos era búsqueda,
cada puerta cerrada tu palabra.
¡En dónde, madre los corazones abnegados,
el horno tibio de la casa,
la mano que descose pesadillas?
¿Dónde la voz que nunca está cansada,
en dónde el húmedo pañuelo de tu llanto?


II
Gallinas ciegas en busca de tus alas
convocadas a la luz de la esperanza
vamos dando de tumbos calle abajo.
Nos revuelcan afuera remolinos,
nos dehollan la piel para sangrarnos.
Cada gota que damos y te busca
es esa voz que desde niños pía
con la amargosa certeza de no hallarte.

¿Eres feliz, callada y siempre ausente?
¿Pasan tus días suaves como rezos?
¿Tienes memoria, madre?
¿Cuándo abandonarás tu devoción por el olvido
y debajo de todas estas ramas
asumirás la tierra y las raíces?
¿Cuándo vendrá la flor que cicatrice.
cuándo abrirás las alas que nos guarden,
gallinas ciegas en busca de su grano?

Cuándo tendrás valor para aceptarnos,
despojos grises en busca de ser hijos
para tener abrigo entre tus plumas.
surcido el corazón y piando la alegría.


III
Tengo ya media vida consumida:
estos huesos sin calcio,
muchas lunas sin verte,
pero quiero acabar con la tortura
y te perdono madre,
por no querer saber sobre tus hijos.
Sé que no decidiste tu destino,
que tú no eres la culpa,
que un mal augurio nos partió la vida
en todos estos pedazos que no ves.

Sigue tu andanza, madre,
enhebra hilo tras hilo
en estas horas en que no respondes.
Teje los imposibles nidos en manteles
que nunca vestirán a nuestra mesa.
Sigue pensando en los ingratos hijos
que no te acercan flores.
Sigue tejiendo sueños, madre:
deja que escurra lenta la amargura
que hace veneno en todos nuestros días.

lunes, 10 de agosto de 2009

Camen Holguín desde España

Familia, amigos, ya estamos llegando al final del viaje, pero por lo pronto déjenme contarles un poco de la visita al País Vasco:

Salimos de Madrid el 29 de julio, a las ocho de la mañana en el tren, hay que destacar esto porque tuvimos que tomar este tren porque era muy barato en comparación con todas las demás salidas del día, mientras éstas costaban desde un mínimo de 60 euros, nuestra salida fue de 28...llegamos a Bilbao a la una de la tarde y de ahí tomamos el metro hacia Labarrasterra, una especie de colonia de Sopelana, el pueblo de nuestra anfitriona allá: Silvia Delgado, una amiga poeta. Silvia tiene una Casa rural, que es algo así como un hotelito pequeño donde se ofrece cama y desayuno, un "Bed and Breakfst" en EEUU. Como es pleno verano y las pyas de Labarrasterra son muy buenas para el surf, Silvia tienia la casa llena, pero aún así nos recibió y nos hizo un hueco generoso.
La primera tarde caminamos por la playa, había gente, pero no demasiada, el paisaje era lindo mostrando el mar en su inmensidad azul viéndolo nosotros desde el marco de un conjunto de rocas talladas de maneras caprichosas por la naturaleza y el clima.
El día 30 de julio por sugerencia de Silvia nos dimos a una caminata maravillosa de cuatro horas por la costa desde Labarrasterra hasta Getxo. Todo el recorrido puede hacerse por un camino adoquinado que hace más fácil el paseo y los paisajes son increíbles porque vas viendo el mar siempre desde diferentes ángulos, desde arriba, más a su altura, pero siempre cerca y lo vas oliendo y oyendo. hay bancas por todo el recorrido, así que puedes sentarte y descansar admirando aquel azul extendido ante tus ojos. Getxo como final de trayecto es porque ahí hay un puente: El Puente Vizcaya. Es el puente colgante más antiguo del mundo y sirve también para pasar gente de un lado a otro, de Getxo a Portugalete. Volvimos a Larrabasterra a eso de las siete de la tarde y Silvia ya estaba lista para llevarnos a un paseo, esta vez en coche, por el otro lado de la costa, así que pasamos otras tres horas de pueblito en pueblito blanco viendo más mar, ermitas enclavadas en cerros altísimos, puertos vivos llenos de gente disfrutando el sol de las ocho, nueve o diez de la noche...El día concluyó en un restaurante de Sopelana.
El 31 de julio no fue menos interesante que le anterior. Quizá recuerden que les platiqué que en Madrid, en el Museo de El Prado nos impresionó el cuadro de Picasso, el Guernica, bueno pues estando en El País Vasco hubiera sido imperdonable no visitar esta población que fue la que motivó el cuadro del pintor cuando fue bombardeada el 26 de abril de 1937 como un experimento de guerra. El 26 de abril era un lunes, día de mercado, así que la población civil fue impactada de forma tremenda y la ciudad ardió en llamas destruyéndose en un 70 %, luego se quiso tapar el crimen, pero las evidencias siempre fueron más fuertes. Hoy Gernika, como se escribe en euskera, la lengua vasca, es un pueblo de pie con un Museo de la Paz para no olvidar la tragedia, pero no para lamerse las heridas en vano sino para luchar por la paz. Guernica es un pueblo importante en El País Vasco porque es donde su gobernador juramenta y eso se ha venido haciendo desde tiempos muy antiguos, debajo de un roble. El roble más antiguo se enfermó un día y murió, pero antes habían logrado plantar hijitos de él, en uno de ellos se hacen ahora las juramentaciones. El cadáver del viejo roble está expuesto en un lugar especial construido para él. Después de Guernica, a donde también fuimos gracias a Silvia, llegamos al Puerto Viejo de Algorta, otra especie de colonia-pueblo cercana a Larrabasterra y en un callejón al que accedimos después de subir varias escaleras arribamos a un bar al aire libre donde tomamos y comimos algo.
El 1 de agosto Héctor y yo fuimos a Bilbao, queríamos conocer el Museo Guguenheim y un poco de la ciudad…Nos fuimos directo al museo, pero camino a él la calle por la que íbamos estaba cerrada por la policía, preguntamos qué pasaba y nos sorprendimos con la noticia de que había una amenaza de bomba, no en el museo sino en uno de los edificios cercanos…es extraña la sensación de peligro y de incredulidad que se siente…como los policías nos aconsejaron, nos fuimos rumbo al barrio antiguo “por la ría” (el río) con la idea de volver más tarde, a ver si ya todo había pasado. El centro antiguo es un conjunto de callecitas con edificaciones siempre de más de un piso llenando de sombra el conjunto, pero no habíamos caminado mucho cuando el hambre nos hizo entrar a un localito y estando en él comenzó la lluvia, una lluvia persistente que no abandonó Bilbao en toda la tarde. Como pudimos volvimos al área del museo y ya estaba libre el paso. El Guguenheim es un museo particular, con una arquitectura que no soy capaz de explicar…está hecho de titanio y cristal y no sé qué más, sus salas son inmensas porque sus exposiciones son monumentales la mayoría…la construcción del museo en sí misma es parte de las obras que hay que ver y admirar…hay obras afuera y adentro…no, no puedo describirlo, pero hay que verlo son duda.
Dejamos Bilbao el 2 de agosto y tomamos el autobús hacia San Sebastián…se los platico en otro correo, para que descansen los ojos después de este correote, así se leen el otro…los otros cuando quieran y puedan.
Abrazos
Carmen Julia

miércoles, 8 de julio de 2009

Reporte de las Horas de junio...La Maga

Este es el relato de cómo aconteció el Décimo Cuarto Encuentro Hispanoamericano de Escritores “Las horas de junio” Tributo a Carlos Monsiváis, en Hermosillo, Sonora, los días del 25 al 28 de junio de 2009 y de cómo participaron las poetas chihuahuenses en esta celebración…y sobrevivieron en el intento.

La convocatoria a Las joras de junio, empieza a circular por allá del mes de marzo, en realidad, ya todo mundo sabe que “las horas” son en junio y los escritores que hemos participado empezamos a preguntarle a Raúl Acevedo -entusiasta organizador de este evento y además un ser humano excepcionalmente cálido y encantador-, por las fechas del encuentro que tiene ya 14 años llevándose a cabo y reúne a muchísimos escritores de toda la república y de Latinoamérica, pero principalmente, participan escritores de Sonora. Por supuesto ya se ha extendido su fama hacía otros países y se ha convertido en un encuentro internacional, pero conserva su nombre como Encuentro Hispanoamericano de Escritores “Las horas de Junio”, obvio que el primer homenajeado fue Carlos Pellicer autor de Las horas de junio.

Para asistir a este encuentro, que es muy abierto y plural, necesitas comunicarte con Raúl, que es también es funcionario de la Universidad de Sonora y preguntarle si puedes asistir, pues depende de la cantidad de participantes que haya la posibilidad de estar ahí. Este año, fuimos invitadas Lilvia Soto, que ya es hija adoptiva de Sonora, Olimpia Badillo, Susana Flores y yo. Olimpia desgraciadamente no pudo asistir por cuestiones de trabajo. Originalmente habíamos planeado viajar con Lilvia desde Casas Grandes a Hermosillo, lo cual no fue posible por cuestiones familiares de Lilvia, por lo que Susana Flores y yo decidimos viajar en camioncito. Salimos a las 4 y media de la mañana vía Chihuahua-Tijuana, teníamos que bajar en Santa Ana, Son y de ahí a Hermosillo. Viajamos todo el día, Susanita de las Cuevas (Flores) es una compañera hermosa y muy divertida, por supuesto que en todo el camino no cesamos de conversar y a ratos dormíamos un poco, el camino no fue pesado porque el camión iba medio vacío y podíamos ocupar dos asientos y estirar las patitas. Aprendiendo de Lilvia, llevamos algo para desayunar en el camino, pero tuvimos que bajar a comer en Janos, en un restaurantillo de medio pelo que cobraba como si fuera el Ritz. Así entre que durmiendo, platicando y conociendo los desiertos de Chihuahua y Sonora, llegamos a Hermosillo como a las 6 de la tarde, o sea que las once horas que nos dijeron que se hacían desde Chihuahua a Hermosillo se convirtieron en ¡¡14!!

Nos hospedaron en el tradicional Hotel Kino, que ya es nuestra segunda casa en Hermosillo, un hotelito viejo, en el centro de la ciudad, muy cerca de la sede del encuentro que es la Sociedad Sonorense de Historia, así que puede una ir caminando. El primer día, muy temprano, nos recibió la amable presencia de Coyito, la encargada en el encuentro del hospedaje y la alimentación de l@s poet@s, y nos entregó nuestros boletos para los desayunos que haríamos en el restaurante del hotel. Como hacía mucho calor, decidimos tomar un taxi para llegar frescas a nuestro primer día de encuentro, ¡oh, sorpresa!, los taxis aumentaron del año pasado a este el 100%; fue el único día que llegamos en taxi, los otros, nos tomamos nuestro tiempo e íbamos caminando despacito, cargando con nuestros abanicos, porque ese calor de Hermosillo te marchita en un santiamén. No menos de 38º C los días más frescos, ni más de 48ºC los más calurosos. Sol radiante todos los días, eso si en la sala donde fueron las lecturas, había una refrigeración a todo vuelo, teníamos que llevar algo para taparnos, porque a poco de estar ahí, empezábamos a congelarnos, cada hora teníamos que salir para quitarnos el frío y volver a entrar a los cinco minutos porque hacía un calor infernal ahí afuera.

El reencuentro con los amigos de Sonora es siempre emocionante y reconfortante, esto es lo más hermosos de estos eventos, volver a ver a l@s amig@s con los que compartimos esta aventura de la poesía y la alegría es intensa. Raúl Acevedo es un magnifico anfitrión, así como todo su equipo. El ambiente en este encuentro es verdaderamente delicioso, hay una camaradería única, producto de muchos años de trabajar y navegar juntos por los azarosos caminos de la cultura y lo más relevante es que asisten, en primer término, los escritores locales que son un montón; son muy unidos y como organizadores todos participan y hacen su tarea, no dudo que haya peleas, desacuerdos y dificultades, como en todos los encuentros y en todos los lugares, porque sabemos de que l@s poet@s son muy temperamentales, pero a la hora de la hora, sí hubo problemas ni me acuerdo, porque todos jalan al parejo y participan como uno y atienden a los invitados como si fuéramos propios. Los sonorenses son muy cálidos, y como público, excepcionalmente atentos. El nivel literario del encuentro es de lo mejor, por lo que es verdaderamente un privilegio y un agasajo participar en él.

A Susana y a mi nos tocó leer en la misma mesa de lectura, la número 11, en la cual estaba también Lilvia, pero ella aún no llegaba y la trasladaron a otro horario a la mañana siguiente. Este año hubimos 200 participantes por lo que la cantidad de mesas fue de más de 25 en los tres días. Así que fue una lectura tras otra, pero nunca nos aburrimos porque esta celebración de la palabra es una fiesta única. Otra de las características en este encuentro es que la mayor parte de los participantes son varones, a diferencia de los encuentros en Chihuahua en los que hubo siempre más mujeres, (excepto en los primeros encuentros de Cd. Juárez) y además hay en Sonora una generación nutrida de poetas, nacidos en la década de los 40s, casi inexistente en Chihuahua.

La mesa de libros, estuvo muy rica e interesante, y por más que lo intentemos, nunca podemos dejar de regresar a casa, cargadas de poesía, agregando a nuestro equipaje como 5 kilos al menos. Las comidas fueron en Vip’s, muy ricas por cierto. Los eventos alternos al encuentro, también estuvieron atractivos y variados, hubo de todo, exposiciones de pintura, conciertos, música popular, jazz, etc., cenas en La Matraca y este año nos reencontramos con Jorge Durazo, hombre de teatro, artista multifacético y extraordinario que fue nuestra grata compañía. Estuvieron entre los escritores más conocidos, Rossina Conde, Armando Vegagil (integrante del grupo rockero Botellita de Jerez) Armando Manz, Alejandro Aguilar, nuestra amiguita Mara Abdalá, Brandon Cesmat, Antonieta Villamil, Fidelia Caballero, los niños Macías Esparza de Cd. Juárez, Francisco Luna, Casildo Rivera, así como poetas de Irak, Uganda, Colombia, Estados Unidos, Canadá, Cuba, Venezuela, Bolivia, de varios estados de la república y de todos los municipios del estado de Sonora y por supuesto el homenajeado Carlos Monsiváis, que no llegó en la fecha y hora previstos, sino hasta el día siguiente porque tenía una seria alergia provocada por sus gatos, (es gatófilo como yo ¿Qué lindo verdad?) y como siempre su presencia es refrescante. Este año se instituyó el galardón “Por mi madre, bohemios” el cual será entregado en adelante a los homenajeados. El año que entra posiblemente se trate de Saramago en los 15 años de este encuentro.

Fuimos testigos de la marcha de protesta pidiendo justicia por el caso de la Guardería ABC, no saben que impresionante. Más de 12,000 personas caminando en silencio al ritmo del tambor, vestidas de blanco, con fotos gigantes de los niños fallecidos; padres, hermanitos, abuelos, amigos, familiares, vecinos, todo mundo solidariamente marchando en orden a la plaza de armas para pedir que se cumpla con el castigo a los responsables.

El domingo, el último día del encuentro, viajamos a Bahía de San Carlos, en donde se realizaron las últimas mesas. En éstas generalmente participan los más jóvenes y es un jolgorio desde que salen los camiones hasta el regreso a Hermosillo ya por la noche, porque los muchachos cargan los camiones con cerveza y por supuesto se pone de lo más divertido. Como es a nivel del mar nadie se emborracha, por lo que es puro recreo. Todo mundo íbamos felices como niños; el mar nos atrae por algo atávico, pero no pudimos entrar al agua porque había “aguamala” en montones, dos de nuestros compañeros tuvieron que ser llevados al hospital porque se pusieron bien mal por el veneno de estos bichos que son como globitos azul turquesa y parecen de dulce, en inglés por cierto se llaman “jelly fish”.

De regreso, tuvimos que esperar todo un día, salimos hasta el lunes a las 8 de la noche porque casi no hay corridas de Hermosillo para Chihuahua, ahora sabemos porque hay tan poco intercambio cultural entre Sonora y los demás estados del norte, la Sierra Madre es una barrera geográfica casi insalvable. Se suponía que el camión era “de luxe” con baños para niñas y para niños, asientos cómodos con extensiones para reposar las patitas, pero resultó una aventura increíble. Hicimos 18 horas de camino, primero nos tocó un retén del ejército, de esos que hay en las fronteras, en donde te bajan con tus maletas y te revisan hasta los dientes, y luego el camión paro en todos los pueblos y ciudades habidos y por haber. Llegamos con los pies como de elefante y totalmente hastiadas y malolientes (nos tocaron los asientos 29 y 30) imagínense los aromas a las 8 horas de viaje, y a las 18 ya pedíamos esquina y todavía Susanita tuvo que viajar dos horas más para llegar hasta Parral.

En resumen estos viajes son para refrescar el espíritu y salvarnos del tedio y la decepción cotidianas. Renuevan el ánimo, nos convierten en seres completamente felices y realizados y nos permiten sobrevivir hasta que nos encontremos nuevamente. Aterrizamos en plena efervescencia política, tanto allá como acá, esperando que los resultados no fueran desalentadores. Al menos para mí no lo fueron, pero es lo bueno de este cuento. Somos plurales y tolerantes, así que hoy por mí, mañana por tí.

Brujitas, las quiero, no dejen de escribir. Maga
Chihuahua, Chih., Julio de 2009.

jueves, 21 de mayo de 2009

Funambulista

Ella encuentra maneras de atrapar al tiempo:
simula plata sobre gelatina.
Guarda la música en cajones
y deja que salga por las noches.
Su casa tiene muchas puertas
para que todos entren,
dispongan de la risa,
coloquen donde quieran sus pertenencias
y se queden.

Ella tiene los sueños más locos:
sueña que con sus alas
toca los corazones como arpegios.
Tiene encendidas velas en el agua,
está pendiente del vuelo de los ángeles
y se pregunta dónde queda
el cementerio de los pájaros.

Ella tiene un castillo, donde taciturna;
un corcel de alabastro que le aligera el paso,
una campana de aire que perfuma sus letras
y una sutil certeza en su sartal de días.

martes, 28 de abril de 2009