domingo, 22 de agosto de 2010

Compartir un poema

Me mandaron este poema que quiero compartir con ustedes, se titula "Se buscan poetas"

sábado, 7 de agosto de 2010

Desde Estación Violeta Planeta Sirena del desierto

Este poema lo escribió Kathleen Doherty cuando en una clase de español tenía como tarea escoger alguna parte de su cuerpo y escribir algo sobre ella. Mientras pensaba en qué escribir se vio a sí misma caminando por su casa y salió este poema que comparto con ustedes:

El cuerpo invisible

I
Llevo el cuerpo invisible
sin preocupaciones de juventud,
de figura, de textura,
de postura y sensualidad.
Se me han olvidado las miradas de ojos claros
llenas de pasión e inocencia
y el sonido de dos respiaraciones escondidas
en el montón de pelo enredado
castaño, perfumado y brillante.
Prefiero ahora la firmeza de mis convicciones
a la de mis músculos.

II
El vehículo es el cuerpo invisible que me lleva
por las calles de nostalgia y esperanza.
Ya no me molestan más
inquietudes por las proporciones,
soy imaginaria.
El fuego de mis ojos existe todavía
y quema con una llama más fuerte, pero distante
sin respuestas, sin vínculos,
sin el deseo de ser adorada.

III
Viajo sin la cara inolvidable
y sin el estuche perfecto
guiada ahora por el mapa de arrugas
y venas azules y torturadas.
Donde tú ves manchas,
recuerdo yo las tardes plenas del verano;
y cuando me miras
y sientes miedo de la imperfección
yo celebro esta forma irónica de libertad...
el cuerpo invisible.

martes, 3 de agosto de 2010

REQUIEM POR LOS PECES EN EL RODEO





El mundo es una gran laguna,
un gran ojo acuoso por donde pasan todas las cosas
que pueden verse, incluido el futuro.

En la laguna hay millones de seres
gestándose, como pensamientos,
como líneas de una gran novela
a punto de escribirse, vidas que empiezan
a mover el fondo del agua,
a formar círculos concéntricos en la superficie,
luchando por su espacio,
abriéndose camino entre otros miles para desplazarse.

Un día, este ojo acuoso se llena de lágrimas.
Algo que muchos saben y pocos hablan
ha acontecido:
Innumerables vidas flotan sin vida,
se pudren en la orilla, no alcanzan
su ración de oxigeno.

Afuera, arriba, seres alados preparan el descenso
tendrán banquete, algunos se sienten invitados,
otros… más vale llegar a tiempo….

Abajo, adentro, hay un sonido
como estertores submarinos, la laguna huele
a pútrido, a aguas negras, a peces descompuestos,
los vecinos del lugar callados miran
que no llegan los turistas y quizá no lleguen pronto,
tal vez cuando se enteren se resistan,
no podrán venderles mojarritas
intoxicadas.

Desde la carretera se ve hermosa la laguna, desbordada,
el agua toca las orillas, queda poco espacio
para caminar en torno a ella.

Todos esperaban la lluvia
para que la laguna floreciera,
pero en El Rodeo floreció la muerte.
Ahora, es una inmensa fosa
séptica, algunos sufren, otros mueren,
otros festejan.

En la laguna El Rodeo, la muerte no anda con rodeos,
llegó directamente a ella.

Afuera, abajo, con las luchas intestinas
entre capos, nadie piensa en la laguna,
menos en los que viven de y alrededor de ella,
mucho menos aún, en los peces que han muerto
sin saber por qué ni en qué momento
subieron a vivir a las orillas,
en qué momento se volvieron cadáveres
exquisitos.