Ella encuentra maneras de atrapar al tiempo:
simula plata sobre gelatina.
Guarda la música en cajones
y deja que salga por las noches.
Su casa tiene muchas puertas
para que todos entren,
dispongan de la risa,
coloquen donde quieran sus pertenencias
y se queden.
Ella tiene los sueños más locos:
sueña que con sus alas
toca los corazones como arpegios.
Tiene encendidas velas en el agua,
está pendiente del vuelo de los ángeles
y se pregunta dónde queda
el cementerio de los pájaros.
Ella tiene un castillo, donde taciturna;
un corcel de alabastro que le aligera el paso,
una campana de aire que perfuma sus letras
y una sutil certeza en su sartal de días.
jueves, 21 de mayo de 2009
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