domingo, 25 de julio de 2010
D3SD3 3STACIóN FINICZ... PLANETA COLIBRI
DEJEMOS SU TRANSPARENCIA
Estos poemas son para ti,
para que sepas
que un muro de cristal nos robó
la cercanía,
yo desde aquí te miro
con más claridad y compasión
que con la que tú me miras.
Desde aquí te envío mi voz
y mis palabras
con la esperanza de que abras la puerta,
no estrellemos el cristal
pues pudieran lastimarnos sus astillas,
no dejemos el muro
pues simula una cercanía que no hemos
tenido en años, aunque nos vemos,
nuestra voz rebota, aunque nos amemos
el amor rebota,
aunque todo parezca próximo
hoy la distancia gira
180 grados.
Un cristal no se estrella
para eliminarlo
un cristal se rodea.
Quitemos el cristal del corazón.
Dejemos sólo su transparencia.
miércoles, 7 de julio de 2010
ALGUNOS LIBROS QUE HICIERON ACTO DE PRESENCIA EN EL V ENCUENTRO DE MUJERES POETAS EN HUEJUQUILLA Y I ENCUENTRO DE MUJERES POETAS DEL NORESTE
Por Carmen Amato
Estuve en la ciudad de Jiménez del 10 al 12 de Junio de 2010, en el V Encuentro de Mujeres Poetas en Huejuquilla, y el Primer Encuentro de Mujeres poetas del Noroeste, evento este último que logró conjuntar la participación de poetas de Tamaulipas, Durango, Nuevo León, Coahuila y por supuesto de Chihuahua, estado anfitrión, además de poetas de otros estados de la república, como San Luis Potosí y el Distrito Federal.
Fue muy interesante y un lujo contar con la presencia de talentosas mujeres que compartieron su quehacer poético con las participantes y los concurrentes a este encuentro. Un intercambio de excelente poesía inédita y poesía publicada fluyó a lo largo de estos tres días. Los poemas llegaron a la comunidad y a un público atento por varios frentes: lectura directa en espacios oficiales: escuelas, asilos, reclusorios, centros de maestros. A través de los medios masivos de comunicación como fue el radio, la televisión, el cable. Por medio de Talleres para estudiantes de secundaria que se llevaron a cabo en la Asociación Ganadera, sede oficial del encuentro. Contacto directo con el público en las calles y la plaza principal a través de los Tendederos poéticos, el micrófono abierto y la Lluvia de poemas impresos dejados caer desde una avioneta que sobrevoló la ciudad varias ocasiones con este fin, llenando la ciudad de Jiménez de poesía. La palabra tomó la palabra en esta Antigua Hacienda de Huejuquilla y la magia cumplió su cometido, llenar el corazón del público y poetas de un gozo renovador y lúdico, y mostrar que hay otra manera de enfocar la realidad a través de la poesía.
Una gran variedad de libros de las poetas participantes fueron puestos en exhibición y venta en este Encuentro, deseo referirme de una manera breve a aquéllos que llegaron a mis manos y tuve el privilegio de revisar, libros que me impactaron gratamente por el placer estético que lograron despertar en mí.
Por supuesto el primer libro que logró hacerme abrir la boca por su hermosa edición, luego el corazón y la mente fue el de la maestra Dolores Castro, Río memorioso. Obra reunida, editado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (2009). Este libro reúne la obra de esta importante poeta mexicana perteneciente a la generación de los poetas que están escribiendo desde la década de los cincuenta, un libro completo que reúne poesía, novela y ensayo. Libro lleno de luz y de sonidos que recrean el murmullo de un río caudaloso en el que la memoria no calla nada, sino al contrario todo lo canta y lo ilumina en la fluidez del instante que el lector hace vigente.
Los poemas inéditos de Yamile Paz Paredes: Como negras erratas del deseo, son poemas sumamente cuidados y con una calidad extraordinaria, cuyos temas algunos literarios, otros psicológicos, llevan al lector a una experiencia contundente, la palabra dice exactamente lo que quiere expresar, y el lector se queda de tajo iluminado. La ironía como recurso recurrente y la manera tan llena de energía e intención por parte de la poeta hace una experiencia mágica y compartida su lectura.
Dos libros de Estela Guerra Garnica me han causado una grata impresión y un placer su lectura. Uno de poesía, Líneas en el Viento (Arteria, 2010), otro de narrativa, Niebla en el Camino (UNAM, 2008). Los poemas me parecen fluidos e hilvanados como corrientes de aire, temas comunes de la vida cotidiana dichos de una manera sumamente personalizada, asimilada, reflexionada, acompañados de las viñetas hechas a la medida de Jesús Brillanti. Niebla en el viento, cuentos y relatos urbanos, también se leen con una sabrosa fluidez, incluso podría leerse todo el libro de una sola sentada, a esto contribuye el saber contar de la autora, como quien conversa, como quien dice cosas cotidianas, como quien se da cuenta que en la charla ya se le fue la tarde.
Lo mismo ocurre con los Delincuentos. Historias del Narcotráfico (Solar Colección, 2009), de Arminé Arjona. Poeta y narradora que siempre tiene la palabra a flor de labios y de dedos, como un arma, como una herramienta. Arminé no dispara en vano, cada palabra que acierta a decir o escribir es una bala expansiva, ya no hay marcha atrás, ya lo dijo y por lo tanto tendrá su consecuencia en el lector o en el oyente. Delincuentos es la denuncia de una voz femenina que nunca se ha cansado de decir lo que pasa en su ciudad, nunca ha dejado de poner el dedo en la llaga, nunca ha dejado de gritar que en Ciudad Juárez suceden cosas inadmisibles que el mundo no puede ignorar ni sus habitantes seguir tolerando. Con una palabra ágil e inteligente, entrama historias, aforismos, versos, que iluminan situaciones con poquísimas palabras, y después de leerla, la consciencia es irreversible.
Si algo es cierto en este Encuentro de Poetas llevado a cabo en Ciudad Jiménez, es que las voces que resonaron de una manera alta y luminosa fue precisamente la de las poetas tamaulipecas. Marisol Vera con su libro Tiempo sin orillas (Voces de Barlovento, 2009), lleva al lector por una experiencia poética a través del camino del cuerpo. El cuerpo como el espacio de la revelación, rito de pasaje entre la inocencia y el conocimiento, reconocimiento de la infancia como pasadizo para ascender a la madurez de la voz poética.
El libro de Cinthia Rodríguez Leija, no se queda atrás en este acorde de voces poéticas tamaulipecas, ganadora de varios premios en los estados Campeche, San Luis y Tamaulipas. Su libro Reinos de Ciudad (Instituto Tamaulipeco para la Cultura, 2003), presenta una voz madura enfocada en el nosotros. Voz que se desplaza desde el ser íntegro y se hace una con la ciudad, a la cual explora, conoce y reconoce, calle por calle, como si leyera un poema verso por verso en cada uno de estos espacios citadinos. Su voz fresca, fluida, parece provenir de una minuciosa observación y una búsqueda de esos reinos urbanos.
Lorena Girón Orozco, nos ofrece dos libros de formato pequeño, tipo plaquete. Lo que llamó mi atención primeramente fueron los títulos utilizados: Cuando el divorcio se volvió poesía (Grupo Editorial Jano, 2007) y Pensé que eran solamente palabras (Grupo Editorial Jano 2007). De entrada no parecen libros de poesía tradicionales, ya que poetizan un proceso psicológico y lo presentan con juegos tipográficos resaltando ciertos conceptos o palabras. Agradezco a Lorena que me haya obsequiado sus dos libros, pues creo que más allá del acierto poético que pudieran tener o no, proponen ser compartidos con un grupo más amplio de lectores que el restringido solo a poetas. Es una lúcida búsqueda del yo y en ese yo, la búsqueda de la palabra misma, esa que se esconde, se confunde, se revierte, esa que cuando aparece nos ilumina y justifica al mismo tiempo el dolor de la búsqueda.
Por primera vez me he aproximado al misterio y a la benigna protección de los gatos, por eso agradezco muchísimo el poemario Raíz de gata negra ( Editorial HomoScriptum, 2008), de Lucía Yépez, poeta neoleonense, porque a través de él me he adentrado a lo que esa voz poética nos transmite con tanta sensualidad y conocimiento. A través de estos poemas trato de entender a la gata que llevamos dentro, incluso ver si con los poemas de Yépez, se desinhibe.
Dentro de esta gama de interesantes temas y tonos de los libros recibidos de las compañeras durante este V Encuentro de Mujeres Poetas en Huejuquilla, y el Primer Encuentro de Mujeres Poetas de Noreste, el libro de Leticia Salazar Castañeda, poeta duranguense: Pájaro sin parvada ni horizonte (Instituto Cultural del Estado de Durango 2005), es un libro que particularmente me ha conmovido. Leticia me regaló amablemente su libro, cuyo formato más grande que el tamaño normal, en tonos gris y azul llamó mi atención, es un libro de colores casi neutros, quizá para no robarle la luz a las palabras del interior. Esta mañana me he puesto a leerlo y me ha sacudido desde el inicio esa manera de escribir tan profusa. Es como un río que mana y mana y no tiene fin, y que va arrastrando al lector por diferentes y múltiples vertientes. Leticia Salazar es la palabra hecha mujer que se sabe pájaro y no hay cielo capaz de contenerla. Me he sentido arrastrada por sus corrientes de palabras, por su manera de decir, por la contundencia para hablarse con Dios y con la muerte y con la gente común de su infancia y con los conocidos y los no conocidos. Gracias Leticia por entregarme este poemario que me abre grietas y cavernas profundas como las que has encontrado, no sé si logre seguirte todo el viaje, pero de que este libro me ha atrapado, me ha atrapado.
No podría concluir esta breve reseña sin comentar el audiolibro de Lilly Blake, Caracola solar ( Instituto Chihuahuense de la Cultura, 2009), una selección digital de su libro impreso Espejo de Fuego. Escuchar este disco compacto es asistir a una experiencia, ahora si como dice Enrique Iglesias, casi religiosa: la voz pausada llena de pequeñas revelaciones de la propia autora, acompañada por una acústica bien seleccionada dejan en el oyente una resonancia mística-filosófica, de intuición interior. Cada poema dicho en voz de la poeta es una perla para ser acariciada por la mente y el oído. No pretendo extenderme en este comentario, pero si deseo decir, que Lilly Blake, con su poemínimo llamado “Intuición” da un giro de tuerca a la máxima que ha sido pilar de la filosofía clásica occidental, aquélla en la que Sócrates afirma contundente: “Yo sólo sé que no sé nada”. Han tenido que transcurrir miles de años en la historia de la humanidad para que una mujer mexicana, poeta, específicamente chihuahuense, venga a contraponer su lucidez a este pensamiento milenario y afirmar con sencillez: “Yo sólo sé, qué sé más de lo que sé”.
Tampoco puedo dejar de mencionar el extraordinario libro de Lety Luna, conocida y excelente poeta de la ciudad de México, Los días heridos, aunque no lo tengo en mis manos, lo tengo en mi mente y en la experiencia impresa en mis sentidos al ser leídos por su autora. Un libro de poemas dolorosos y de denuncia de un país que se deshace entre las manos. Poemas basados en hechos reales y sangrientos, poemas dichos con voz fuerte y enérgica, con palabras crudas y expansivas, poemas que no poetizan la realidad sino que la nombran y la exhiben. Los días heridos, son poemas para mantener abierta la herida y no dejar que sane nunca la memoria de lo que agrede y ofende en un país sin ley.
Estuve en la ciudad de Jiménez del 10 al 12 de Junio de 2010, en el V Encuentro de Mujeres Poetas en Huejuquilla, y el Primer Encuentro de Mujeres poetas del Noroeste, evento este último que logró conjuntar la participación de poetas de Tamaulipas, Durango, Nuevo León, Coahuila y por supuesto de Chihuahua, estado anfitrión, además de poetas de otros estados de la república, como San Luis Potosí y el Distrito Federal.
Fue muy interesante y un lujo contar con la presencia de talentosas mujeres que compartieron su quehacer poético con las participantes y los concurrentes a este encuentro. Un intercambio de excelente poesía inédita y poesía publicada fluyó a lo largo de estos tres días. Los poemas llegaron a la comunidad y a un público atento por varios frentes: lectura directa en espacios oficiales: escuelas, asilos, reclusorios, centros de maestros. A través de los medios masivos de comunicación como fue el radio, la televisión, el cable. Por medio de Talleres para estudiantes de secundaria que se llevaron a cabo en la Asociación Ganadera, sede oficial del encuentro. Contacto directo con el público en las calles y la plaza principal a través de los Tendederos poéticos, el micrófono abierto y la Lluvia de poemas impresos dejados caer desde una avioneta que sobrevoló la ciudad varias ocasiones con este fin, llenando la ciudad de Jiménez de poesía. La palabra tomó la palabra en esta Antigua Hacienda de Huejuquilla y la magia cumplió su cometido, llenar el corazón del público y poetas de un gozo renovador y lúdico, y mostrar que hay otra manera de enfocar la realidad a través de la poesía.
Una gran variedad de libros de las poetas participantes fueron puestos en exhibición y venta en este Encuentro, deseo referirme de una manera breve a aquéllos que llegaron a mis manos y tuve el privilegio de revisar, libros que me impactaron gratamente por el placer estético que lograron despertar en mí.
Por supuesto el primer libro que logró hacerme abrir la boca por su hermosa edición, luego el corazón y la mente fue el de la maestra Dolores Castro, Río memorioso. Obra reunida, editado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (2009). Este libro reúne la obra de esta importante poeta mexicana perteneciente a la generación de los poetas que están escribiendo desde la década de los cincuenta, un libro completo que reúne poesía, novela y ensayo. Libro lleno de luz y de sonidos que recrean el murmullo de un río caudaloso en el que la memoria no calla nada, sino al contrario todo lo canta y lo ilumina en la fluidez del instante que el lector hace vigente.
Los poemas inéditos de Yamile Paz Paredes: Como negras erratas del deseo, son poemas sumamente cuidados y con una calidad extraordinaria, cuyos temas algunos literarios, otros psicológicos, llevan al lector a una experiencia contundente, la palabra dice exactamente lo que quiere expresar, y el lector se queda de tajo iluminado. La ironía como recurso recurrente y la manera tan llena de energía e intención por parte de la poeta hace una experiencia mágica y compartida su lectura.
Dos libros de Estela Guerra Garnica me han causado una grata impresión y un placer su lectura. Uno de poesía, Líneas en el Viento (Arteria, 2010), otro de narrativa, Niebla en el Camino (UNAM, 2008). Los poemas me parecen fluidos e hilvanados como corrientes de aire, temas comunes de la vida cotidiana dichos de una manera sumamente personalizada, asimilada, reflexionada, acompañados de las viñetas hechas a la medida de Jesús Brillanti. Niebla en el viento, cuentos y relatos urbanos, también se leen con una sabrosa fluidez, incluso podría leerse todo el libro de una sola sentada, a esto contribuye el saber contar de la autora, como quien conversa, como quien dice cosas cotidianas, como quien se da cuenta que en la charla ya se le fue la tarde.
Lo mismo ocurre con los Delincuentos. Historias del Narcotráfico (Solar Colección, 2009), de Arminé Arjona. Poeta y narradora que siempre tiene la palabra a flor de labios y de dedos, como un arma, como una herramienta. Arminé no dispara en vano, cada palabra que acierta a decir o escribir es una bala expansiva, ya no hay marcha atrás, ya lo dijo y por lo tanto tendrá su consecuencia en el lector o en el oyente. Delincuentos es la denuncia de una voz femenina que nunca se ha cansado de decir lo que pasa en su ciudad, nunca ha dejado de poner el dedo en la llaga, nunca ha dejado de gritar que en Ciudad Juárez suceden cosas inadmisibles que el mundo no puede ignorar ni sus habitantes seguir tolerando. Con una palabra ágil e inteligente, entrama historias, aforismos, versos, que iluminan situaciones con poquísimas palabras, y después de leerla, la consciencia es irreversible.
Si algo es cierto en este Encuentro de Poetas llevado a cabo en Ciudad Jiménez, es que las voces que resonaron de una manera alta y luminosa fue precisamente la de las poetas tamaulipecas. Marisol Vera con su libro Tiempo sin orillas (Voces de Barlovento, 2009), lleva al lector por una experiencia poética a través del camino del cuerpo. El cuerpo como el espacio de la revelación, rito de pasaje entre la inocencia y el conocimiento, reconocimiento de la infancia como pasadizo para ascender a la madurez de la voz poética.
El libro de Cinthia Rodríguez Leija, no se queda atrás en este acorde de voces poéticas tamaulipecas, ganadora de varios premios en los estados Campeche, San Luis y Tamaulipas. Su libro Reinos de Ciudad (Instituto Tamaulipeco para la Cultura, 2003), presenta una voz madura enfocada en el nosotros. Voz que se desplaza desde el ser íntegro y se hace una con la ciudad, a la cual explora, conoce y reconoce, calle por calle, como si leyera un poema verso por verso en cada uno de estos espacios citadinos. Su voz fresca, fluida, parece provenir de una minuciosa observación y una búsqueda de esos reinos urbanos.
Lorena Girón Orozco, nos ofrece dos libros de formato pequeño, tipo plaquete. Lo que llamó mi atención primeramente fueron los títulos utilizados: Cuando el divorcio se volvió poesía (Grupo Editorial Jano, 2007) y Pensé que eran solamente palabras (Grupo Editorial Jano 2007). De entrada no parecen libros de poesía tradicionales, ya que poetizan un proceso psicológico y lo presentan con juegos tipográficos resaltando ciertos conceptos o palabras. Agradezco a Lorena que me haya obsequiado sus dos libros, pues creo que más allá del acierto poético que pudieran tener o no, proponen ser compartidos con un grupo más amplio de lectores que el restringido solo a poetas. Es una lúcida búsqueda del yo y en ese yo, la búsqueda de la palabra misma, esa que se esconde, se confunde, se revierte, esa que cuando aparece nos ilumina y justifica al mismo tiempo el dolor de la búsqueda.
Por primera vez me he aproximado al misterio y a la benigna protección de los gatos, por eso agradezco muchísimo el poemario Raíz de gata negra ( Editorial HomoScriptum, 2008), de Lucía Yépez, poeta neoleonense, porque a través de él me he adentrado a lo que esa voz poética nos transmite con tanta sensualidad y conocimiento. A través de estos poemas trato de entender a la gata que llevamos dentro, incluso ver si con los poemas de Yépez, se desinhibe.
Dentro de esta gama de interesantes temas y tonos de los libros recibidos de las compañeras durante este V Encuentro de Mujeres Poetas en Huejuquilla, y el Primer Encuentro de Mujeres Poetas de Noreste, el libro de Leticia Salazar Castañeda, poeta duranguense: Pájaro sin parvada ni horizonte (Instituto Cultural del Estado de Durango 2005), es un libro que particularmente me ha conmovido. Leticia me regaló amablemente su libro, cuyo formato más grande que el tamaño normal, en tonos gris y azul llamó mi atención, es un libro de colores casi neutros, quizá para no robarle la luz a las palabras del interior. Esta mañana me he puesto a leerlo y me ha sacudido desde el inicio esa manera de escribir tan profusa. Es como un río que mana y mana y no tiene fin, y que va arrastrando al lector por diferentes y múltiples vertientes. Leticia Salazar es la palabra hecha mujer que se sabe pájaro y no hay cielo capaz de contenerla. Me he sentido arrastrada por sus corrientes de palabras, por su manera de decir, por la contundencia para hablarse con Dios y con la muerte y con la gente común de su infancia y con los conocidos y los no conocidos. Gracias Leticia por entregarme este poemario que me abre grietas y cavernas profundas como las que has encontrado, no sé si logre seguirte todo el viaje, pero de que este libro me ha atrapado, me ha atrapado.
No podría concluir esta breve reseña sin comentar el audiolibro de Lilly Blake, Caracola solar ( Instituto Chihuahuense de la Cultura, 2009), una selección digital de su libro impreso Espejo de Fuego. Escuchar este disco compacto es asistir a una experiencia, ahora si como dice Enrique Iglesias, casi religiosa: la voz pausada llena de pequeñas revelaciones de la propia autora, acompañada por una acústica bien seleccionada dejan en el oyente una resonancia mística-filosófica, de intuición interior. Cada poema dicho en voz de la poeta es una perla para ser acariciada por la mente y el oído. No pretendo extenderme en este comentario, pero si deseo decir, que Lilly Blake, con su poemínimo llamado “Intuición” da un giro de tuerca a la máxima que ha sido pilar de la filosofía clásica occidental, aquélla en la que Sócrates afirma contundente: “Yo sólo sé que no sé nada”. Han tenido que transcurrir miles de años en la historia de la humanidad para que una mujer mexicana, poeta, específicamente chihuahuense, venga a contraponer su lucidez a este pensamiento milenario y afirmar con sencillez: “Yo sólo sé, qué sé más de lo que sé”.
Tampoco puedo dejar de mencionar el extraordinario libro de Lety Luna, conocida y excelente poeta de la ciudad de México, Los días heridos, aunque no lo tengo en mis manos, lo tengo en mi mente y en la experiencia impresa en mis sentidos al ser leídos por su autora. Un libro de poemas dolorosos y de denuncia de un país que se deshace entre las manos. Poemas basados en hechos reales y sangrientos, poemas dichos con voz fuerte y enérgica, con palabras crudas y expansivas, poemas que no poetizan la realidad sino que la nombran y la exhiben. Los días heridos, son poemas para mantener abierta la herida y no dejar que sane nunca la memoria de lo que agrede y ofende en un país sin ley.
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